El sábado a la tarde iba sólo. Manejaba por la ruta y escuchaba "todo con afecto" por Continental.
Me rondaba esta idea que es algo asi como si las dos bandas que tiene la radio no son más que el reflejo de los dos modos en los que opera nuestro cerebro. Todos somos un poco AM y un poco FM, dependiendo el momento.
Creo que en una época sólo me atrevía a escuchar AM cuando yo estaba en el modo contrario, sólo así podía soportarla. Y al reves, cuando yo estaba para abajo, me forzaba a escuchar FM.
El sábado en la ruta yo estaba decididamente AM, pero me encontraba sin embargo con mucha espontaneidad escuchando el programa de Apo, que vendría a ser como la AM llevada a sus últimas consecuencias.
Durante 45 minutos habló un viejo que habia sido delantero de Racing, entre otros clubes, cuyo apellido de origen armenio ya no recuerdo. Estaba muy emocionado el, de poder contar sus memorias en la radio, sobretodo de sentir que a alguien todavía le importaba escucharlo, supongo yo. Durante todo el tiempo sentí un poco de pena, como que era un acto casi caritativo de Apo para con este señor, como armando un circo para que el se sintiera bien. Eso me ponía triste. El señor se despidió diciendole a Apo "Querido Alejandro, te deseo que sigan los éxitos para vos, y que Diós se siga acordando de vos y los tuyos.....bueno, y que se acuerde de mi también, ya que estamos..."
En el acto sentí que esa había sido la despedida ante la sociedad del tipo este, para siempre. Y supe que el lo sabía. Eso me puso definitivamente triste.
Fueron a la tanda, y a mi me daba mucha pena el tipo este, pensando en lo contento que estaba por el cirquito que le había armado Apo, pero que en realidad a nadie le importaba nada, ni lo que habia dicho, ni los goles que había metido, ni nada de nada. Pobre tipo.
Después de la tanda, empezaron a entrar los mensajes que la gente había grabado. No eran muchos, entre cinco y diez, pero todos emocionados con el recuerdo del "turco", agradeciendole a Apo por tan lindo reportaje, y al turco por todos sus goles y su hombría de bien.
Me di cuenta por esas voces quebradas: el turco había sido grosso posta.
Todavía más, para toda esa gente, el turco, seguía siendo grosso.
Creo que en ese momento lloré un poco. El que me daba pena, en realidad, era yo.

grande maestro!!! (lease con voz de alejo apo)
ReplyDeleteClaro, sin dudas me emociona la historia de ese personaje. Digo... quienes se emocionaban con el recuerdo de "el turco"... ahora... la emoción... no resbala a una suerte de autocompasión... la emoción de perderse la proximidad y empatía con el turco. A no sentir en la sangre directamente los pulsos de su vitalidad? Cuánta cintura en el campo de juego, cuánta abstracta emoción en su recuerdo...
ReplyDelete"gracias por tanto, perdon por tan poco" es la frase del cierre del programa de Apo
ReplyDeleteel infierno son los otros!
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